lunes, 22 de junio de 2015

Diario de un perroflauta motorizado, 528



Hoy escribo por la mañana, antes de dirigirme a la Puerta Cinegia en Plaza España de Zaragoza, con el objetivo de denunciar un día más los recortes en los derechos y las libertades de la ciudanía, en cumplimiento de los 200 metros de alejamiento del domicilio, del lugar de trabajo y de la persona del Delegado del Gobierno de España en Aragón.

Tras estar allí, tomaré un tren hasta Madrid para asistir a la presentación al día siguiente del TFM de mi hija Begoña en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid. He tenido ocasión de leer ese TFM y doy fe, sin pasión de padre, de que es un trabajo enorme, hermoso y clarificador del fenómeno de la “gentrificación”, o  la desapropiación y desplazamiento en centros urbanos, desde la perspectiva de la Psicología Socio-Ambiental y Comunitaria.  

Mañana asistiré a tal presentación y mi alma volará por los espacios siderales, cruzará galaxias, traspasará todas las estrellas del universo. Parece una exageración, pero así será y así me sentiré. Abriré los brazos y todos los elementos y fuerzas de la naturaleza formarán parte de cada latido, sonido, sabor de esa mañana.

Por la tarde volveré a Zaragoza. El miércoles volveré a donde quiero y donde debo: Puerta Cinegia, en plaza España de Zaragoza.

Creo que pocas melodías sintonizan hoy tanto conmigo como este Adagio Assai del concierto para piano en G (sol mayor) de Maurice Ravel.









Hasta siempre



2 comentarios:

  1. Que disfrutes de la jornada, Antonio.Un abrazo.

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  2. Si cabeza y corazón se contradijeran, el corazón acabaría decidiendo. La pobre cabeza cede siempre, porque es la más prudente.

    Un saludo cordial.

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