martes, 26 de noviembre de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 128


Hoy el Periódico de Aragón ha publicado un reportaje sobre el juicio de ayer a los encausados por un escrache, y saca la “entrevista” que me hicieron (Que no piense en el 'escrache', sino en por qué se lo hacen. El profesor Aramayona sigue con su protesta en la calle Alfonso http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/aragon/que-piense-escrache-hacen_902022.html).
Día frío, 4º al llegar a la calle Alfonso. Soportable si no sopla el cierzo. Algunas personas, pocas, se han acercado a preguntar o animar. 
Ángel, profesor jubilado, ha estado un buen rato con el perroflauta motorizado. Le ha comentado que muchos docentes están amargados, desanimados y muy quejosos con los recortes. El perroflauta motorizado le ha replicado que el desánimo y la amargura son baldíos si no se apunta directamente al objetivo que se considera indeseable: no bastan la queja, la concentración esporádica o la manifestación –cada vez menos numerosa. Si se quiere tumbar la LOMCE, hay que buscar los medios adecuados para tumbarla. Al perroflauta motorizado se le ocurre desobediencia civil a discreción y huelga indefinida del mundo de la enseñanza en todo el territorio español. Y si no se hace, mejor es callarse y quejarse menos. 
Ha venido también Rosa, una mujer heroína, madre de dos hijas, con un horario laboral de 11 y 12 horas, comenzando a veces a las 4,30 de la mañana. Desahuciada (en Stop Desahucios se conocieron) y ahora viviendo en un bajo-portería pequeño que le lleva mucho de lo que gana. Se han dado un abrazo cargado de emoción, ánimos y ganas de vivir.
Un hombre maduro ha cargado contra la escuela pública, contra esta escuela pública, con el mensaje implícito de que la escuela pública actual es muy mala (la buena era la de los suyos, la del Generalísimo…). El frío permite respirar peor. Aquel hombre cortaba la respiración del perroflauta motorizado debido a la  indignación.
Le molesta mucho oír (el perroflauta motorizado procura escuchar lo menos posible en estos casos) a algunos viandantes cuando se detienen ante el portal y los carteles, y ensartan una larga perorata contra los políticos en general y contra algunas figuras del Partido Popular en particular, empleando solo improperios y apodos de catadura bastante indigerible (el calvo, la marimacho…).
Le molesta mucho también cuando algunos otros se plantan ante el portal y los carteles y plantean como solución poner bombas, fusilar, la guillotina y otros métodos de semejante ralea.  (¡Cuánta boca tienen algun@s!, suele pensar).
Normalmente, la gente que se acerca hasta el portal es educada, tiene buen corazón y dice cosas razonables. Otras personas, en cambio, tienen la pulsión de mostrar y demostrar públicamente que son progres y revolucionarios. Se parecen a toda esa gente que lanza consignas y cuelga mensajes revolucionarios en el muro de Facebook y Twitter.
“A propósito”, dice Mairena, “lo que estás pensando me recuerda un anécdota que me ocurrió con un joven ateneísta de Chipiona. No sé si viene muy a cuento, pero me lo ha recordado”.
El perroflauta motorizado queda expectante. “Soy todo oídos”, dice, invitando a Mairena a que cuenta esa anécdota.
“Pues eso, que me viene un joven ateneísta de Chipiona y me suelta de sopetón: ‘A usted le parecerá Balzac un buen novelista’, a lo que yo respondo: ‘A mí, sí’”
“¿Y qué pasó entonces?”, inquiere, impaciente, el perroflauta motorizado.
“No te vas a creer lo que añadió a continuación”, sigue Mairena.  “El joven ateneísta de Chipiona, con aire de autosuficiencia, dijo:  ‘A mí, en cambio, me parece un autor tan insignificante que ni siquiera lo he leído’”.
El perroflauta motorizado se quedó pensando en la anécdota de Mairena y el joven ateneísta de Chipiona, a la vez que trataba de descubrir el hilo conductor que unía esta anécdota con toda esa gente que se acerca al portal de la Consejera espetando improperios y apodos de catadura bastante indigerible contra algunos ejemplares de la casta política.

Te dejo el último fragmento de la Ópera de Wagner Tristán e Isolda interpretado por Birgti Nilsson ("Mild und leise, wie er lächelt"). 7,59 minutos. De una belleza enorme, lo escucho muy a menudo. Isolda se trasforma en una mujer que muere de amor y en amor, al lado del cuerpo de Tristán, que acaba de morir. A Isolda le duele el ser, empapado de dolor y de amor, y se percibe a lo largo de la canción (Cómo sonríe él, suave y dulcemente…) cómo Isolda es transportada por esas oleadas de amor y de dolor.

El sábado voy a Madrid. Allí me veré durante unas horas con seres a quienes quiero mucho.
Hasta mañana.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si lo deseas, puedes hacer el comentario que consideres oportuno.