El frío está enfrascado en una carrera
consigo mismo para que la temperatura vaya cada día en descenso. La niebla baja
también. Hacia las doce viene Marga. Algo después, Carlos. Entonces un paseante
nos hace esta fotografía:
Se pospone el proyecto de ir al portal
también el miércoles de 18 a 19 horas, pues cae en miércoles el 25 de diciembre
y el 1 de enero. Mejor entonces comenzar después de las vacaciones navideñas,
ya en enero.
Ya tiene cartel, con la fecha y la hora de la fiesta
contra la sanción impuesta al perroflauta motorizado. Virenes, 13 de diciembre, 20 horas. El lugar, ya autorizado, es el Centro Cívico de La Almozara, aunque no aparezca en el cartel. Colabora mucha gente y la
cosa aún no está cerrada. Joaquín Carbonell es el alma mater de la fiesta. Es
increíble su fuerza y su rapidez en ir organizando todo.
Antonio Machado, enfundado en una bufanda gris
que le llega hasta los ojos y la punta de las orejas, me enseña una hoja de
papel donde está escrito: ”Antes de
escribir un poema -decía Mairena a sus alumnos- conviene imaginar el poeta
capaz de escribirlo. Terminada nuestra labor, podemos conservar el poeta con su
poema, o prescindir del poeta y publicar el poema: o bien tirar el poema al
cesto de los papeles y quedarnos con el poeta, o, por último, quedarnos sin
ninguno de los dos, conservando siempre al hombre imaginativo para nuevas
experiencias poéticas.
Estas
palabras, y algunas más que añadía Mairena, publicadas en un periódico de la
época, sentaron muy mal a los poetas, que debían ser muchos en aquel entonces,
a calcular por el número de piedras que le cayeron encima al modesto profesor
de Retórica”.
“Tiene su gracia y se le puede sacar
mucha punta”, comento.
Federico Engels se pone al otro lado de
mi silla motorizada y exclama:
“Cámbiese en ese párrafo poeta por político y poema por programa político,
y el resultado es el siguiente:
Antes
de escribir un programa político -decía Mairena
a sus alumnos- conviene imaginar el político
capaz de escribirlo. Terminada nuestra labor, podemos conservar el político con su programa
político, o prescindir del político y
publicar el programa político; o bien tirar el programa político al cesto de los papeles y quedarnos
con el político, o, por último, quedarnos sin
ninguno de los dos, conservando siempre al hombre imaginativo para nuevas
experiencias políticas.
Estas
palabras, y algunas más que añadía Mairena, publicadas en un periódico de la
época, sentaron muy mal a los políticos, que
debían ser muchos en aquel entonces, a calcular por el número de piedras que le
cayeron encima al modesto profesor de Retórica”.
“¿Cuál te gusta más, Antonio?”, me
pregunta, más bien por incordiar, Bob Dylan.
“A los dos, Dylan, a los dos…”
Blowing In The Wind (Directo en televisión, marzo, 1963)
Entretanto, La Consejera Serrat trata de
mentir lo menos posible hoy en su comparecencia en la Comisión de Hacienda y Presupuesto en las Cortes de
Aragón esta mañana.
16,30 horas. 2º y niebla. Mañana, más.
Hasta mañana.
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