miércoles, 23 de enero de 2013

El adorable candor de la infanta Cristina




Iñaki Urdangarín, esposo de Cristina de Borbón y yerno del actual Jefe del Estado, se metió en el bolsillo más de un millón de euros en  en 2007 y 2008 por sus servicios de asesoramiento a varias empresas. La sociedad que facturó y cobró esos trabajos fue la sociedad Aizoon, cuya propiedad comparte al 50% con Cristina de Borbón. Es decir, que hay que reescribir lo escrito: Iñaki Urdangarín y Cristina de Borbón percibieron más de un millón de euros por trabajos facturados y cobrados por la sociedad que poseen conjuntamente  al 50%.
O presuponemos que Cristina de Borbón es idiota (del griego “idios”, “idiotés”: persona sumida en sí misma, sin interesarse ni comprender algo del mundo) o presupone alguien que el resto somos idiotas. Si Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia fue nombrada directora del área social de La Caixa y a ella se le concedió la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III o la Gran Cruz de la Real Orden de San Olaf en Noruega o la Gran Cruz de la Orden de Cristo en Portugal, suponer ahora que un tribunal no halla indicios para que resulta encausada en el embrollo de Noos es inasumible e indigerible para cualquier persona que esté al menos relativamente en sus cabales.
No soy mujer, pero me hago cargo de la indignación adicional de cualquier mujer ante el caso Cristina de Borbón: hombres y mujeres nacemos iguales y somos iguales ante la ley, y considerar que esa mujer no se enteró de nada, no cooperó en nada no se benefició con plena conciencia de los tejemanejes de la sociedad que tenía con su marido al 50% constituye un verdadero insulto a la mujer.
Se dice que hacia 2007 su padre, Juan Carlos, actual Jefe del Estado (así va el Estado…), indicó a su marido, Iñaki, que se desvinculase del instituto Noos, pero en toda esta historia no aparece Cristina, por muy hija que fuese y siga siendo de su padre. La idiocia (ya dicho –del griego idios- “trastorno caracterizado por una deficiencia muy profunda de las facultades mentales, congénita o adquirida en las primeras edades de la vida”, según el diccionario de la RAE) queda agudizada, amén de hacer aparición un posible delito de cooperación por omisión por parte del padre y de la hija, si bien el artículo 56,3 de la Constitución española lamentablemente aún vigente nos advierte de que “la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”, cosa que, de hecho, parece querer hacerse extensiva también a su hija Cristina.
Total, que, según la Agencia Tributaria, Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia queda exculpada del delito fiscal que la Fiscalía Anticorrupción atribuye a su marido. No es descartar que, según esta versión, Iñaki contase a su esposa que el palacio de Pedralbes era un regalo de los Reyes (Magos de Oriente). Y así las cosas, tampoco hay que descartar que Cristina, en su purísima inocencia, en su adoración a su esposo, lo creyese a pies juntillas, sin hacer una sola pregunta. Bendita sea Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia.

3 comentarios:

  1. Es seguro que Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia y el común de la cidudanía no estamos afectados de "idiocia", pero tengo serias dudas de que sí lo estén quienes han tomado la decisión de exculparla de cualquier responsabilidad en los temas tratados en su artículo. Y, si no es así, es mucho peor porque estaríamos hablando de responsabilidades muy graves, bien por dejación de funciones, bien por prevaricación, de esos supuestos responsables que "miran para otro lado" y consiguen que efectivamente no todos seamos iguales ante la Ley.
    Malos tiempos éstos para quienes creemos que otro mundo mejor es posible y pensamos que las utopías son posibles.

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  2. Además de los jueces, cuentan con la complicidad de los periodistas, que transmiten la noticia de la inocencia jurídica de la Cris (fuera protocolos) sin ponerla en tela de juicio. O sea, que los periodistas también sufren de idiocia o tienen miedo o están vendidos o...

    ¡Viva la libertad de expresión!

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  3. No me puedo creer que sigan mucho tiempo por el mismo camino sin que haya una reacción. No es cierto que esto vaya a cambiar mágicamente, de momento, lo que se ve es que va a peor. Pero es un escándalo lo que está ocurriendo, de momento seguimos con los brazos cruzados pero con manifestaciones solo no basta. Algo habrá que hacer y estoy convencida de que se hará. Tanto abuso descarado no podemos permitirlo.

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