El Consejero de
Sanidad de Aragón, Ricardo Oliván, sale ahora con proponer el arbitraje como
salida a la huelga indefinida de las trabajadoras del servicio de limpieza de
los centros sanitarios públicos aragoneses. A su dejadez y su abotargamiento
mental, se añade ahora que otros diriman el problema: ¿con que decís que el bebé
es de una y otra parte? Pues bien, que vengan los árbitros del arbitraje, parta
en dos al niño con su espada, y que cada parte se quede con la mitad del bebé.
¿Qué vio Rudi en semejante botarate para ponerlo como
Consejero de Sanidad? ¿O quizá vio en él lo que andaba buscando: un hombre
obediente, que sabe de Turismo de Huesca, ejecuta sin rechistar los planes
privatizadores del PP y la execrable Reforma Laboral del PP, tiene miedo de
dialogar con los trabajadores del sector y acaba lavándose las manos por enésima
vez acudiendo a un arbitraje?
Mientras, dos trabajadores desfallecen a ritmo acelerado en
su huelga de hambre y 1.500 trabajadoras admirables se enfrentan a la desidia y
la abulia del Consejero.
¿En qué está pensando Ricardo Oliván para no irse aún por
donde había venido?
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