Diario de un perroflauta motorizado, 44

El perroflauta ha sufrido de verdaderas arcadas de hastío debido a lo poco que ha leído y escuchado del debate celebrado hoy en el Senado por el caso Bárcenas.

Ha pensado en que Cristina de Borbón se va a Ginebra con sus cuatro hijos. Iñaki Urdangarín se queda en Barcelona. Más allá de las causas judiciales y de las crisis matrimoniales, el perroflauta se pregunta de dónde saca tanto dinero la Infanta para ir y vivir en Suiza.

“Todos somos iguales ante la ley”, es la gran mentira que proclaman los grandes mentirosos institucionales. Ni ante la ley ni en ningún otro caso. Hay gente que no puede pagar un alquiler ni una hipoteca ni un pedazo de alimento que llevarse a la boca; hay gente que ni en sueños puede vivir o viajar a Suiza. Dicen que la Cristina de Borbón lo hace para evitar el acoso que sufren sus hijos en el colegio y en la calle. Los desahuciados, pensionistas, dependientes, parados… del país y del mundo podrían hablar de acosos, de auténticos y reales acosos, del acoso de los bancos, las cajas, los estómagos vacíos, las noches enteras sin dormir, el llanto de niños que no han cenado ni desayunado…

Cristina de Borbón ya tiene plaza escolar en Ginebra para sus hijos. En un colegio caro, carísimo y de postín, por supuesto. Como en Barcelona, como en Washington… Tiembla en las manos del perroflauta su cartel “Escuela pública, sí, Recortes, no”. Esa gente que vive del cuento y del dinero ajeno desde hace muchas generaciones no tiene la menor idea de escuelas públicas y recortes.

Entretanto, hace unos días los telediarios se abrían con las imágenes durante muchos minutos del Príncipe, la Princesa, la Infanta, el Presidente del Gobierno, el Presidente de la Comunidad, Ministros y un largo etcétera más de personajes públicos dando el pésame a las víctimas del accidente ferroviario de Santiago en la catedral católica de la ciudad. A los pocos días, asomaba la cabeza un “homenaje civil” por las víctimas a pleno sol, de pie, y sin asistencia de Borbones y buena parte de las autoridades presentes en el rito funerario católico.

Es decir, el mundo al revés. En lugar de una ceremonia civil para todas las víctimas y sus familiares, con independencia de sus ideas y creencias, se celebra de forma preeminente un funeral confesional católico con cuyas ideas se identificarían solo algunas (no todas) víctimas y familiares. ¿No sería razonable una celebración civil común, de tod@s y para tod@s, y después que cada cual fuese a celebrar el funeral que deseara según sus convicciones y deseos personales? “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”, dice el artículo 16.3 de la Constitución. Y los Borbones y los turiferarios oficiales del Estado hacen caso omiso de tal declaración y se ponen a besar víctimas a diestro y siniestro en un recinto confesional.

El perroflauta tiene cerca del portal de la Consejera al alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, que dedicó una calle al fundador del Opus Dei, lleva a la sala de plenos un crucifijo para que presida el Pleno y no se pierde una procesión y una misa católicas en calidad de su cargo.

El perroflauta oye cada mediodía el cántico católico “Bendita y alabada sea la hora en que María santísima vino en carne mortal a Zaragoza…”. Por megafonía que inunda todo el centro de la ciudad. El perroflauta pidió un día oficialmente al Ayuntamiento zaragozano que cesara tal canto en la vía pública, de toda la ciudadanía, aunque siempre con la libertad plena de que sonara cuando y cuanto quisiera dentro de las iglesias y las basílicas. En vano, claro. En vano. Las autoridades cavaron por solicitar que el culto a la Virgen del Pilar fuese declarado en la Unesco Bien Cultural Intangible de la Humanidad. Como el tango, como los toros, como…

Hoy viaja el perroflauta a otra ciudad para acompañar a un familiar en una fiesta importante. Mañana, por primera vez en nueva semanas, el perroflauta motorizado no estará en el portal de la Consejera. ¿Recogerá alguien el testigo?