jueves, 8 de agosto de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 49


El perroflauta motorizado ha estado hoy con Marisol y Víctor. La mañana ha transcurrido plana, sin apenas personas que se hayan detenido a leer, conversar o debatir. Agosto agosta el alma. Amarillean la curiosidad y la inquietud. El FMI y la Comisión Europea insisten en rebajar un 10% el  sueldo de tod@s, en recortar aún más en sanidad y educación, en pensiones y otros servicios sociales. Sin embargo, la gente no reacciona.
El perroflauta se resiste cada vez más a cargar la responsabilidad solo sobre las espaldas de la ciudadanía. Recuerda los programas electorales de los distintos partidos (ha leído detenidamente casi todos, incluidos el del PP y el del PSOE). Son impecables, perfectos, una obra de arte al discurso hueco, increíble (=no creíble). El perroflauta se ha propuesto desde hace tiempo no leer ya más programas electorales ni quiere saber ya nada de discursos e intervenciones en foros parlamentarios y solo se atendrá a los hechos. Hechos en la calle, en la sublevación del pueblo, en la desobediencia civil, en la resistencia frente a la estafa y los estafadores. La calle no es una pancarta de honor al comienzo de una manifestación, no es una fotografía que aparezca al día siguiente en la prensa, no es una opinión muy progre dentro de una conversación ente gente progre o entre los muros de un ayuntamiento o unas Cortes. La calle es la casa del desahuciado, la sucursal bancaria, el hambre de unos niños que van a la escuela, la deuda pública ilegítima que pagamos todos, el acto confesional en un evento público que no se revienta… El perroflauta no ha visto jamás a la clase política en esa calle, en la verdadera calle.
¿Qué dirán, qué preguntarán los hijos de nuestros hijos cuando se informen de lo ocurrido desde 2009 hasta nuestros días? ¿Qué explicación se darán?
Susan George, escritora, analista política y presidenta de honor de ATTAC (Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Acción Ciudadana), lo está advirtiendo desde hace tiempo. En una entrevista aparecida el domingo pasado en El País, vuelve a repetir que Grecia y España son los principales conejillos de indias en manos de los que han armado y mueven este cotarro. Una especie de demiurgos plenipotenciarios supervisan nuestras reacciones y siguen anotando nuestra capacidad de padecimiento y resistencia sin que surja una reacción efectiva y colectiva en contra. El perroflauta lo ve allí, en la calle Alfonso. Tod@s lo estamos viendo.
Estoy completamente de acuerdo con Susan George. Los gobernantes españoles y europeos no están equivocados en su política económica. Hacen la política económica, social y cultural que quiere la Troika y sus dueños, nuestros políticos se proponen lo que realmente están ejecutando. ¿Por qué van a combatir los paraísos fiscales, el fraude fiscal, el blanquero de dinero, la privatización de los servicios, la precarización del empleo, la bolsa hipermillonaria de desempleo? Todo eso va en beneficio puro y duro de sus amos. El perroflauta sabe que muchos gobernantes son otros perroflautas sin perro, sin flauta, sin ideas, sin corazón, sin dignidad.
Nos han inoculado desde hace años la comodidad, el egoísmo, la competitividad y el miedo. Por eso no reacciona la gente. El pueblo está vacunado contra cualquier vacuna, por eso se contenta con lo que va quedando, desde la ficción de que los gobernantes remedirán sus males, de que pueden y quieren remediarlos. Somos unos perfectos conejillos de indias en manos de los señores del cotarro.
Contemplemos el castillo de naipes, aún medio en pie. Con esta ventolera dentro de poco tiempo se desmoronará ante nuestras narices. Y somos tan idiotas que nos iremos diciendo unos a otros que no tenemos la culpa de nada, que se ha caído solo, que nosotros no hemos soplado lo más mínimo.
Hasta mañana.
P.D.  Al final de la mañana, Idriza (seguramente no transcribo bien el nombre) ha aparecido con su vestido de fiesta y de gala, pues hoy celebra el fin del Ramadán. Le hemos felicitado y él nos ha explicado en qué consiste la celebración. Su traje es una preciosidad:


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