Al
final de la mañana, el perroflauta se ha quedado estupefacto: los tres policías
que ayer le pidieron con severa sequedad la documentación, hoy se han acercado,
todo sonrientes, y le han preguntado: “Buenos días, qué tal va todo?”. “Bien,
muy bien, y ¿ustedes?”, respondió el perroflauta, a lo que el que parece su
portavoz, el policía más alto, se ha limitado a decir: “Pues aquí estamos, a la
faena (sic)”.
Hoy
ha sido una jornada de pocas conversaciones con viandantes. Juan de Mairena se
ha retirado a un segundo plano, pues, tras saludar efusivamente al perroflauta,
Albert Camus ha tomado la palabra y no la ha soltado ya en mucho tiempo.
“Zaragoza
–peroraba Camus- era una ciudad llena de curas, monjas y militares
(principalmente cadetes de la Academia General). Ahora han desaparecido, casi
todos ya de paisano, de incógnito. Eso sí, siguen viviendo del erario público
entre la pasividad de la ciudadanía. La iglesia católica se lleva 11.000
millones de euros anuales. El ejército recibe directamente de los Presupuestos
generales del Estado 5.937 millones, a los que hay que añadir 877 millones y
582 millones adicionales y ‘extraordinarios’,
‘para atender al pago de obligaciones correspondientes a programas
especiales de armamento y material’. O sea, que el Ejército se lleva este año
7.935 millones. Entretanto, el Gobierno de cesa de recortar hasta el 50% en
educación, sanidad y demás servicios sociales”.
La
gente desfilaba impertérrita ante los ojos del perroflauta, mientras escuchaba
el vehemente torrente de palabras proferidas por Albert Camus: “¿Y sabéis a qué
responden los créditos extraordinarios aprobados por El gobierno y destinados a
gastos excepcionales de Defensa? Pues a pagar el armamento inútil que se ha
puesto en manos de los militares. Concretamente, 2,7 millones para la Fragata
F100; 371,5 millones para el avión de combate EF-2000; 2,42 millones para
el carro de combate Leopardo; 46,6 millones al nuevo avión de transporte
militar A-400M; 88,2 millones para el helicóptero de combate Tigre; 28,2 millones
para el buque BAC; 32,4 millones para el obús 155/52; 15 millones para el misil
Taurus; 69,8 millones para la Fragata F-105, un millón para el buque BAM-1;
34,5 millones para el misil C/C Spyke; 75,19 millones para el helicóptero
NH-90; 5,96 millones para los Nodos CIS de la UME y 10 millones para el
helicóptero EC-135”.
Juan
de Mairena interrumpió el discurso de Camus y habló solemnemente de la
siguiente manera:
“Nunca debéis incurrir en esa
monstruosa ironía del homenaje al soldado desconocido, a ese pobre héroe
anónimo por definición, muerto en el campo de batalla, y que si por milagro
levantara la cabeza para decirnos: “Yo me llamaba Pérez”, tendríamos que
enterrarle otra vez, gritándole: “Torna a la huesa, ¡oh Pérez infeliz!, porque
nada de esto va contigo”.
Hasta mañana
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