viernes, 16 de agosto de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 55

Hoy ha sido un día especial: a poco de apostarse el perroflauta ante el portal de la Consejera, Antonio ha llegado desde Morata, de donde ha tomado el tren para estar la mañana con el perroflauta. Antonio es el paradigma de la coherencia y de la limpieza de corazón: hace muchos años, abandonó la vida cómoda y fácil en Madrid para asentarse en el pueblo de Morata y vivir de los recursos de la tierra y los frutos de su trabajo. Posteriormente, han llegado Sinziana, rumana, y Alejandro, un aragonés profesor de guitarra en un centro público de Salzburg. Sinziana es pianista también. Mientras escribo este post, suena la guitarra de Eliot Fisk, maestro de Alejandro. Nos han hecho esta fotografía. Aunque no aparezca en ella, después también ha venido Marga.
El perroflauta no les ha dicho nada pero lleva toda la mañana sin quitarse de la cabeza lo que ocurre en Egipto. No le gustan los Hermanos Musulmanes ni la teocracia que propugnan, punto culminante de la alienación, pero mucho menos le gustan los golpes de Estado ni los regímenes militares. Estados Unidos y buena parte de sus acólitos (incluida España) han hecho hasta la fecha encaje de bolillos para disfrazar la realidad y buscar nombres falsos a crudas realidades. España ni siquiera ha suspendido la venta de armas a Egipto estos días, pues 120 millones de euros son 120 millones de euros.
Repugna la hipocresía de los Gobiernos, entre los que destaca el Gobierno español: por supuesto, para ellos Cuba y Venezuela son dictaduras, pero Marruecos, Arabia Saudí o el actual Egipto no lo son. Llevan haciendo trampas desde hace muchos años validando o invalidando elecciones democráticas: Argelia, Palestina… ahora Egipto. Occidente solo sabe succionar la riqueza ajena a cambio de baratijas, a la vez que continúa mercadeando con sus armas, para lo que monta las guerras y los conflictos que haga falta. Como botón de muestra, en 1980 Estados Unidos boicoteó los Juegos Olímpicos de Moscú argumentando que la presencia militar soviética en Afganistán era una invasión y violaba el derecho internacional, por lo que decidió no asistir a los juegos sólo seis meses antes de que comenzaran. 21 años más tarde iniciaban por su cuenta y riesgo un bombardeo masivo de Afganistán y la invasión del país en una operación que cínicamente denominaron “Libertad Duradera”. 

Al perroflauta tampoco le gustan la alienación religiosa en general ni la alienación musulmana, en particular, pero tiene claro por qué tantos seres humanos se arrojan a los brazos de tal alienación y allí se sienten a gusto y felices. Lo escribió Marx en un texto famoso de su obra Crítica de la Filosofía del Estado de Hegel:
 El fundamento de la crítica irreligiosa es: el hombre hace la religión, la religión no hace al hombre. Y ciertamente la religión es autoconciencia de sí y de la propia dignidad, como la puede tener el hombre que todavía no se ha ganado a sí mismo o bien ya se ha vuelto a perder. Pero el hombre no es un ser abstracto, agazapado fuera del mundo. El hombre es su mundo, estado humano y sociedad; estado y sociedad que producen la religión, la cual es conciencia invertida del mundo, porque ellos son un mundo al revés. La religión es la teoría universal de este mundo, su compendio enciclopédico, su lógica popularizada, su pundonor espiritualista, su entusiasmo, su sanción moral, su complemento solemne, su base general de consuelo y justificación. Es la realización fantástica de la esencia humana, puesto que la esencia humana no existe en la realidad. Por tanto, la lucha contra la religión es indirectamente una lucha contra ese mundo al que le da su aroma espiritual. El sufrimiento religioso es al mismo tiempo la expresión del sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La religión es el alivio de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas desalmado. Es el opio del pueblo. La superación de la religión como felicidad ilusoria del pueblo, es la reivindicación de su felicidad real. El llamado para que el pueblo se deje de ilusiones acerca de su condición, es el llamado a que termine con un estado de cosas que necesita ilusiones. La crítica de la religión es ya, en embrión, la crítica del valle de lágrimas, santificado por la religión”.
La educación en la ciencia y la racionalidad es la única vía para que el ser humano obtenga su auténtica liberación. Sin embargo, de nada vale querer educar a quien no tiene que comer ni dónde vivir ni apenas le cabe esperar algo. Se cultiva la razón si no está aullando antes el estómago a causa del hambre. ¿Alguien explicará estos a sus alumn@s cuando empiece el curso? ¡Cuánto le gustaría al perroflauta poder decir estas cosas en muchas aulas cinco días a la semana!
Hasta el próximo lunes. Comenzará la 12ª semana. ¡Tres meses!

3 comentarios:

  1. ¡Gracias! Pero mucho mejor que la admitación es la compañía en el mismo camino, caminante.
    Salud y muchos abrazos

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  2. Llego hasta tu blog y suscribo tu admiración, Paquita.
    Antonio, como si te conociera de toda la vida. Palabras llenas de sensatez...
    Besos, para la lucha.

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