jueves, 18 de julio de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 35



Piensa el perroflauta que no debería estar allí, apostado ante el portal de la Consejera aragonesa de Educación. Piensa el perroflauta que es la Consejera quien debería estar protestando y escrachando en el portal de su Presidenta de Gobierno, que dice que no hay dineros para educación y para sanidad, por ejemplo, y que por eso hay que seguir recortando. Si la Consejera estuviese donde debiera, en la calle y entre el pueblo estudiantil, universitario, y entre la gente vinculada al deporte y la cultura, el perroflauta no tendría que estar cada mañana en la calle Alfonso I de Zaragoza, peatonal, plena de tiendas de suvenires y guiris, y estar molestando a los policías que le visitan día sí, día no, según decida el señor comisario.
Si al perroflauta le hiciesen encargado de los parques de su ciudad, estaría todos los días visitando parques, tomando nota de sus posibles deterioros y de las sugerencias que la gente de los barrios pudieren hacer para mejorarlos. Si el perroflauta fuese responsable de los jardines y parques de su ciudad, sus conciudadan@s serían sus colaborad@res y compañer@s, no sus adversari@s. El perroflauta no estaría talando árboles, levantando zonas verdes para construir apartamentos de lujo, recortando gastos para zonas verdes. Y si, contra su voluntad, eso ocurriese, iría cada mañana a encadenarse ante algún organismo público en protesta por tanto desmán.
Por eso no entiende el perroflauta a la Consejera de Educación. Educar no es dejar en la calle a miles de docentes de la pública al llegar el verano, ni recortar becas de comedor a unas familias que apenas pueden darle algo de comer a los alumnos de los que debe ocuparse la Consejera, ni recortar becas y subir las tasas universitarias… Hay tantas cosas por las que luchar, vivir y morir: la salud, la educación, la atención al dependiente, el merecido descanso del jubilado, la vida y la muerte dignas… La ciudad y el país entero deberían estar llenos de Consejeros y Consejeras protestando cada día en los bancos, en las Cajas, en las Delegaciones del Gobierno, en las casas donde viven las manos que les echan sobradamente de comer.
La Consejera de Educación debería encabezar todo movimiento reivindicativo de una educación libre, crítica y democrática, es decir de una escuela pública de tod@s y para tod@s. De lo contrario, puede decirse que es una buena Consejera de su Partido y del dedo que la nombró, pero no de Educación. La Consejera aragonesa de Educación es sin duda una excelente Consejera del PP, pero también una pésima Consejera de Educación.
Al perroflauta le va a tocar, pues, estar muchos días más en el portal de la Consejera. A veces el perroflauta piensa que las Consejerías son adjudicadas mediante el método de las bolas de bingo en un saquito, que la Presidente Rudi va sacando al azar o ajustando la suerte a que cada futur@ Consejer@ alcance públicamente y cuanto antes su máximo nivel de incompetencia.
Piensa el perroflauta que a los demás también nos vendría bien un escrache: el propio auto-escrache. El perroflauta cada vez aguanta menos a cuantos se acercan a él para comentar lo mal que va todo porque la culpa lo tienen los políticos. Y ciertamente la tienen, pero también es cierto que todos y cada uno somos responsables de lo que está pasando y de lo que no está pasando, pero debería estar pasando. Cada persona se mira al espejo y sale a la calle pertrechada de decenas de excusas y tópicos para no hacer nada y echar la culpa de todo a los demás. Por eso nos vendría bien un auto-escrache para hacernos reaccionar. El país entero debería explotar de indignación, una vez liberado de tanto cuento y tanta excusa.
Hoy ha venido gente amiga y el perroflauta se ha alegrado mucho de estar con todas esas personas. Entre ellas, Charo, una mujer experimentada y luchadora durante su ya larga existencia, que lo ha hecho compañía durante casi toda la mañana. Y Dalia, ex-alumna del IES Pablo Gargallo, pura vitalidad y corazón, como cuando era adolescente. Y María José, profesora y compañera de sendas hacia una escuela pública mejor. A todas y cada una de esas y otras personas, gracias y un abrazo.
El perroflauta se ha sentido antes, solo, escuchando en el portal de la Consejera el Concierto nº 1 para piano y orquesta de Beethoven.

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